20.4.10

Entretelones de una entrevista con barrera idiomática


El vínculo que se da entre un entrevistador y su entrevistado es fundamental en el trabajo periodístico. Ambas partes salen beneficiadas o altamente vulneradas según cómo actúen. ¿Qué pasa cuando a este desafío se le añade el condimento de no compartir el idioma y códigos culturales?
Un "mano a mano" tiene mucho de proximidad e -inclusive- intimidad con la persona con quien se conversa. Se busca llegar a lo más delicado y privado del entrevistado, se intenta sacar de él una declaración que nos dé la primicia o, simplemente, se pretende transcurrir por una charla en la que se viva un ambiente alegre, con algo de chispa y humor. Debemos referirnos a un caso en el que la apuesta sube un poco más. En el marco del BAFICI, una verdadera fiesta del cine independiente, se le pidió a la actriz neoyorquina Angela Bassett que oficie una conferencia. El evento contó con la colaboración del periodista de espectáculos Osvaldo Bazán como moderador, y con la participación de una -vale decir, necesaria- traductora inglés-español, español-inglés. Hasta el momento, estaba todo dado para que la conversación fluyera.
En primer lugar, cabe señalar que los nervios -quizás- de ambas partes, pero sobre todo de parte de la actriz, tuvieron mucha inferencia en que, en un principio, la conversación pecara de poca dinámica. Paralelamente, vale decir que, en una primera etapa, la barrera idiomática jugó un rol cuasi obstaculizador. Algo estaba claro, cada integrante de la mesa estaba allí con una idea muy definida de lo que venía a hacer, y su accionar se limitaba a eso: preguntar-traducir-contestar-traducir. Un dejo de "robotismo" en el ambiente hacía pensar que la conversación no iba a llegar a lugares muy exóticos.

Con el transcurso de las primeras preguntas-traducciones-respuestas-traducciones, el diálogo empezó a aflojarse. Todos, en particular Bassett, encontraron la manera de soltarse y reflexionar sobre lo que se le preguntaba, inclusive aparecían algunas sonrisas y gesticulaciones con las manos que acompañaban casi orquestadamente lo que decía. Arribado el ineludible interrogante de los "primeros trabajos" de la actriz, el periodista puso de manifiesto su investigación previa y le consultó sobre un primer rol actoral en TV, en el que ella interpretaba a una prostituta. Sin traducción mediante, la reacción de Bassett fue algo así como "Ajá, ajá, yes... What?! No!!". Con un Bazán hiperquinético, chequeando y re-chequeando sus notas y un auditorio en carcajada, la actriz se tomó un minuto para pensar y, acto seguido, recordó sus primeras escenas en la pantalla chica en la piel del personaje al que el periodista hacía referencia.

La duodécima edición del BAFICI culminó con expectativas superadas por organizadores, participantes y seguidores. Diversas actividades nutrieron a la oferta cultural con propuestas que, en muchos casos, fueron una novedad. Sin lugar a dudas, la presencia de Angela Bassett fue algo distinto, con el desafío idiomático incluido. En esta oportunidad, la diferencia cultural y lingüística fue motivo de enriquecimiento y, como se mencionó previamente, -en determinadas circunstancias- genuina comedia.
Nota vinculada: "Angela Bassett: la actriz tras bambalinas"






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