27.10.09

La Secretaría de Cultura imposibilita la entrega de información sobre el programa Café Cultura

Enfocar la mirada en torno a las erogaciones realizadas por la Secretaría de Cultura sobre el programa Café Cultura en 2009 fue el desafío principal en pos de socavar información fehaciente y complementaria con el propósito de comprender y mostrarle al lector estos encuentros que se realizan en diferentes puntos de Argentina, donde diversos intelectuales y artistas comparten sus vivencias, pensamientos y opiniones sobre la realidad del país. En la web de Cultura Nación se manifiesta que "el programa se lleva a cabo en 140 ciudades de 15 provincias y están programados más de 600 encuentros, lo que lo convierte en una de las intervenciones más desarrolladas en términos de acción federal, articulando las jurisdicciones de cultura a nivel nacional, provincial y municipal, con la participación activa de la sociedad civil, ya que estos encuentros se desarrollan en espacios físicos cercanos y cotidianos a los hombres y mujeres de todas las latitudes del territorio".

Nos resulta elocuente que desde la misma Secretaría se inculque una noción de participación activa de la sociedad civil, en nuestro caso particular como estudiantes universitarios de periodismo, cuando con el afán de democratizar e informar a la ciudadanía no posibilitan el acceso a la información requerida e interfieren, excusándose de distintas formas, para la concreción de tal fin. Lamentamos el devenir de los acontecimientos, donde el desligue de responsabilidades, acusando razones poco creíbles de considerar, impidió cumplir el objetivo propuesto en el que claramente trasluce la incapacidad manifiesta que posee el Estado para desarrollar políticas cristalinas y eficiente en términos comunicativos sobre lo que dispone económicamente en pos de desarrollar programas de salud, seguridad, deporte o en este caso específico de índole cultural. En tiempos digitalizados, de datos precisos al instante, los carriles de funcionamiento estatal bifurcan en medio de la precarización laboral y por sobre todo tecnológica, defectos fundacionales si deseamos constituir un Estado sólido, inteligente con el propósito de seguir el ejemplo de otras democracias sólidas ya consolidadas en este tipo de procedimientos.

Inhibidos de esta potestad legítima, la cual se sustenta por vía jurídica, debimos inducirnos a plasmar la requisitoria en el Ministerio de Economía, cuya respuesta abordó la cantidad de crédito otorgado para el ejercicio del corriente año en el que pudimos distinguir algunas apreciaciones: bajo el rótulo de Desarrollo y Promoción Cultural, zona conformada por Café Cultura y otras propuestas de la Secretaría de Cultura se destinó $ 11.525.105 para el funcionamiento de los mismos. Esta cifra se corresponde con lo expuesto en el presupuesto del año 2009.

En contactos informales con gente allegada al proyecto afirman que los honorarios pagados a los participantes de estos encuentros se vinculan en términos de convenios, los cuales forman parte de los cincuenta expedientes que otorgan soporte material a este programa cultural, el material donde se encontraría el desglose financiero para determinar la inversión precisa que ejecuta el Estado. En la Secretaria de Cultura ubicada en la calle Alvear 1690 afirman que han sido enviados a las oficinas de Café Cultura en la calle Alsina, sitio donde responden de un modo inversamente proporcional: los expedientes están en el edificio principal donde ejerce sus funciones Jorge Coscia. Así, los argumentos se trasladan de punto a punto. Y con ellos la información, esa misma que fue solicitada con un mes de anterioridad y que mientras se escriben estas líneas no llego a su destinatario. En este caso nos sucedió a nosotros pero puede acaecerle a cualquier ciudadano, que exija el cumplimiento de un proceso que se avala bajo el decreto presidencial 1172/03.

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