Los niños de la calle

Un Problema que se incrementa en la ciudad de Buenos Aires

Por: CARLOS SUÁREZ.

Después de un pequeño recorrido por las principales arterias de la ciudad de Buenos Aires hemos podido comprobar una gran cantidad de niños que se encuentran en estado de abandono total, muchos de ellos deambulan por las calles porteñas, en las paradas de colectivos, piden monedas en las esquinas de los semáforos, o en algunos de los negocios de comida, duermen en las bocas de los subtes, en edificios abandonados debajo de puentes, en portales, parques o alcantarillas. En su mayoría trabajan o son explotados como limpiaparabrisas, traga fuegos, recolectores de basura, mendigos. Su salud y nutrición son muy precarias y gran parte de ellos están indocumentados.

Según Bruce Harris, director de Casa Alianza, una ONG con sede en Costa Rica, se estima que hay 40 millones de niños en América latina viviendo en la calle o trabajando en ella. Dentro de las principales causas de este problema estaría el incremento del costo de vida que estaría abriendo cada vez más la brecha social que esta propiciando la exclusión social de familias quebradas.

Las zonas que registraron más chicos en situación de abandono según nuestro recorrido fueron: calles Córdoba y Pueyrredón, calle Florida en el microcentro, Corrientes y 9 de julio, Avenida Santa Fe, Chacarita, entre otros. Pero donde se dio la mayor concentración de chicos en esta situación fue en la proximidad de las estaciones ferroviarias de Once, Retiro y Constitución. Aunque no debemos olvidar que estos datos no son más que una fotografía de lo observado en una fecha determinada, el día del recorrido y como por lo general estos chicos deambulan de un lado a otro, esto puede variar.

Como sabemos la presencia de menores en las calles de las pequeñas y grandes ciudades constituyen un caldo de cultivo para el consumo de drogas de menores que se encuentran en total desamparo. Vemos como se deteriora su salud día a día y crece en detrimento de sus cuerpos indefensos, ante la mirada distraída de funcionarios que parecen desentenderse de este problema social que viene ocurriendo desde hace ya un buen tiempo, y la población, de tan acostumbrada a verlos, los incorpora al paisaje de la ciudad como algo tan natural.

Por otro lado hay que admitir que esto sólo es posible en una Sociedad con instituciones debilitadas, ya sea por su naturaleza o porque están carcomidas por la corrupción en la que muchas de ellas se encuentran envueltas. Esta es una Sociedad, que percibe con claridad el clima que resulta de la gestión de los negocios públicos mal llevados por cierto en este sector, y pide a gritos a las instituciones que corresponden una decidida y eficaz acción para solucionar este tipo de problemas por ser uno de los más acuciantes y que requiere darle prioridad.

La Dirección de la Niñez y Adolescencia del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires calculó en Diciembre de 2005, 3500 niños desamparados, cifra que se debe haber triplica hoy porque el 85 % provienen de los suburbios, escapados de sus casas porque son maltratados o viven en situaciones de extrema pobreza en donde muchos de ellos no tienen para comer. Provienen por lo general de familias desintegradas, en donde la presencia del padre o la madre es casi nula o no existe.

Finalmente debemos tener también muy en cuenta que la presencia de la droga, a la cual son inducidos estos menores por los narcotraficantes perversos, producen un desvío casi irrecuperable de este sector de la población. Por lo que este fenómeno social demanda una urgente atención y una gran sensibilidad y solidaridad en la que todos estamos comprometidos como miembros de esta sociedad