20.4.09

Exhibición de revistas pornográficas vulneran derechos del niño

Kioscos repletos de material con alto contenido erótico es algo muy común de ver en Buenos Aires; mujeres desnudas en cada esquina son imágenes chocantes ante los ojos inocentes de un chico.

Está estipulado en los Derechos del Niño que éste: “gozará de una protección especial (…) para que pueda desarrollarse física, espiritual y socialmente en forma saludable y normal”. Este derecho se ve vulnerado, aunque no nos demos cuenta, cada vez que un menor de edad pasa ante un puesto de revistas en donde se exhibe pornografía sin una adecuada regulación. Playboy, Revista H y Maxim con provocadoras portadas se anteponen ante la vista de niños que sin querer terminan siendo testigos de material para adultos.

Esta situación en la mayoría de los países del mundo está regulada y sancionada por ley, de manera que las portadas de estas revistas pornográficas son disimuladas quedando únicamente el logotipo a la vista de todos. En España, por ejemplo, los puestos de revistas son supervisados por agentes municipales, quienes tienen la misión de denunciar este tipo de actos ilícitos. Además existe un número de teléfono de las oficinas del consumidor para dar alerta en caso que se vulneren estos decretos.

Ignacio Redruello, encargado de uno de estos puestos, afirma que “está mal exponer a los nenes a esta revistas” pero de no hacerlo, perdería a decenas de clientes al día. “Si una persona va caminando, no se va a detener a preguntar si tienen la Playboy en el kiosco, va a continuar hasta encontrarla en alguna vitrina para comprarla”, concluye.


Otro problema tiene que ver con la distribución de este material. Según cuenta Víctor Maytland –productor pornográfico– “el material de exhibición condicionado está gravado por una carga impositiva aplicada al kiosquero, pero el kiosquero está exento de IVA. Y como los ellos no están inscriptos, y no se van a anotar sólo para poder vender unas revistas más, el material no se puede distribuir (…) En los papeles, no se trata de censura, pero en los hechos, si vos querés cumplir con la legalidad, tu material no llega a los kioscos”.

En definitiva, hay un vacío legal que si no es regulado seguirá causando situaciones incómodas, especialmente para los padres de estos niños que son quienes se ven enfrentados a preguntas capciosas por parte de ellos.

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