Los frustrados intentos del gobierno de la Ciudad de remover a los vendedores informales de las principales calles de Buenos Aires, reavivó el clima de tensión y reproches entre los comerciantes y las autoridades porteñas.
Las “saladitas”, como copias a escala de la feria de La Salada, la venta ambulante y los manteros, son acusados de afectar a los comercios de Balvanera, Palermo, Flores, Constitución y Retiro, generando un enfrentamiento entre quienes reclaman su derecho a trabajar y los que sufren la competencia desleal.
En este marco, los “manteros" -vendedores que exhiben sus mercaderias sobre telas en la vereda- se convirtieron últimamente en foco de atención por el intento del gobierno porteño de removerlos de las avenidas Corrientes y Santa Fe y de la peatonal Florida.
Tras algunos días de tironeos y protestas, el gobierno debió dar marcha atrás con los desalojos y llegó a un acuerdo que, sin estar oficializado, permite a los vendedores callejeros de la calle Florida a instalarse a partir de las 18 horas hasta las 21, en el tramo de Viamonte hasta Rivadavia.
Según la normativa porteña vigente en el artículo 83, está permitida la instalación de manteros, siempre y cuando comercialicen artesanías que ellos mismos produzcan y lo hagan como una manera de subsistencia. Sin embargo, esta misma legislación es imprecisa para determinar qué parámetros alcanzan al término “subsistencia”.
En los últimos estudios publicados por la Cámara Argentina de Comercio (CAC), la venta callejera creció un 33,6 % entre mayo de 2009 y el mismo mes de este año. Además, apunta que en la ciudad hay 1799 puestos ilegales: 1408 están en calles y avenidas, mientras que los 391 restantes están en estaciones y plazas.
Para la CAC, la estación de Retiro lidera el ranking de estaciones con más puestos ilegales, mientras que la avenida Avellaneda está al tope de las calles con más venta informal. Además, indica que la venta ilegal no se limita a los barrios más humildes, sino que también alcanza a las zonas con mejor poder adquisitivo, como Palermo y Barrio Norte.
En la calle Florida, los manteros reclaman que en el artículo 83 se los habilita a vender en la vía pública si no implica una competencia desleal efectiva con el comercio establecido. Pero el gobierno porteño se ampara en la ordenanza N° 25.764, promulgada en 1971, que regula "el tránsito, publicidad y actividades de la calle Florida entre Rivadavia y Marcelo T. de Alvear y la calle Perú entre Av. de Mayo y Rivadavia y transversales", para determinar en qué horarios se pueden instalar los vendedores informales.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Amigos de la calle Florida, Héctor López Moreno, puso el grito en el cielo ante la decisión del gobierno porteño: “El acuerdo es una vergüenza porque el espacio público no se negocia. Acá les dan espacio gratis para vender mercadería de dudosa procedencia y sin pagar impuestos. A nosotros las ventas nos caen un 30% y estamos estudiando iniciar un juicio al Gobierno porteño por el lucro cesante que nos genera, que ronda los veinte millones de dólares”.
Con este panorama, el ministro de Ambiente y Espacio Público Diego Santilli, admitió y dejó en claro la difícil resolución del tema: “Entendemos que Florida debería estar liberada durante todo el día, pero éste es el arreglo al que pudimos llegar”.
Las “saladitas”, como copias a escala de la feria de La Salada, la venta ambulante y los manteros, son acusados de afectar a los comercios de Balvanera, Palermo, Flores, Constitución y Retiro, generando un enfrentamiento entre quienes reclaman su derecho a trabajar y los que sufren la competencia desleal.
En este marco, los “manteros" -vendedores que exhiben sus mercaderias sobre telas en la vereda- se convirtieron últimamente en foco de atención por el intento del gobierno porteño de removerlos de las avenidas Corrientes y Santa Fe y de la peatonal Florida.
Tras algunos días de tironeos y protestas, el gobierno debió dar marcha atrás con los desalojos y llegó a un acuerdo que, sin estar oficializado, permite a los vendedores callejeros de la calle Florida a instalarse a partir de las 18 horas hasta las 21, en el tramo de Viamonte hasta Rivadavia.
Según la normativa porteña vigente en el artículo 83, está permitida la instalación de manteros, siempre y cuando comercialicen artesanías que ellos mismos produzcan y lo hagan como una manera de subsistencia. Sin embargo, esta misma legislación es imprecisa para determinar qué parámetros alcanzan al término “subsistencia”.
En los últimos estudios publicados por la Cámara Argentina de Comercio (CAC), la venta callejera creció un 33,6 % entre mayo de 2009 y el mismo mes de este año. Además, apunta que en la ciudad hay 1799 puestos ilegales: 1408 están en calles y avenidas, mientras que los 391 restantes están en estaciones y plazas.
Para la CAC, la estación de Retiro lidera el ranking de estaciones con más puestos ilegales, mientras que la avenida Avellaneda está al tope de las calles con más venta informal. Además, indica que la venta ilegal no se limita a los barrios más humildes, sino que también alcanza a las zonas con mejor poder adquisitivo, como Palermo y Barrio Norte.
En la calle Florida, los manteros reclaman que en el artículo 83 se los habilita a vender en la vía pública si no implica una competencia desleal efectiva con el comercio establecido. Pero el gobierno porteño se ampara en la ordenanza N° 25.764, promulgada en 1971, que regula "el tránsito, publicidad y actividades de la calle Florida entre Rivadavia y Marcelo T. de Alvear y la calle Perú entre Av. de Mayo y Rivadavia y transversales", para determinar en qué horarios se pueden instalar los vendedores informales.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Amigos de la calle Florida, Héctor López Moreno, puso el grito en el cielo ante la decisión del gobierno porteño: “El acuerdo es una vergüenza porque el espacio público no se negocia. Acá les dan espacio gratis para vender mercadería de dudosa procedencia y sin pagar impuestos. A nosotros las ventas nos caen un 30% y estamos estudiando iniciar un juicio al Gobierno porteño por el lucro cesante que nos genera, que ronda los veinte millones de dólares”.
Con este panorama, el ministro de Ambiente y Espacio Público Diego Santilli, admitió y dejó en claro la difícil resolución del tema: “Entendemos que Florida debería estar liberada durante todo el día, pero éste es el arreglo al que pudimos llegar”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario