10.9.10

Los usuarios ya no se inmutan ante las protestas

Lo que parecía que iba a ser una de las manifestaciones que tanto molestan a los usuarios del Ferrocarril Roca, fue una persecución por la Estación Constitución que terminó con protestantes refugiados en el subte.

En pleno hall central, nadie sabía exactamente quiénes eran los que se manifestaban: un grupo trataba de reunir a cuanto periodista y cámara rondaba por el lugar, mientras que el otro gritaba: "Por culpa suya los usuarios no van a poder viajar". La pregunta entonces era: ¿y los usuarios? Como si nada pasara, seguían haciendo fila para comprar su boleto mientras policías los rodeaban, eso ya es habitual. Era, una vez más, gente que protesta cuando ellos deben volver a casa.
La situación sólo resultaba extraña para aquellos que rara vez visitaban la terminal de trenes que conecta el sur del conurbano bonaerense con el centro porteño. Para las miles de personas que todos los días usa el tren, la protesta era una de las tantas ofertas de la estación: panchos, diarios, boletos, protestas.

La gente hablaba por celular, charlaba con sus acompañantes, tomaba una gaseosa, y el bombo y el redoblante hacían de música de fondo. Mientras tanto, un grupo de hombres altos y fornidos vestidos de civiles que salían de todos los rincones de la terminal, corrían a los protestantes hasta el subte. La gente esquivaba empujones, contaba monedas, totalmente ajenos a su entorno.
Probablemente, la historia se repetirá pronto, y una vez más, los usuarios optarán por ignorarla.

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