Desde el momento en que las puertas se abrieron, alrededor de sesenta personas (y decenas de periodistas) se disputaron toscamente las sillas que adornaban la sala Alfonsina Storni del predio de La Rural, donde el viernes 30 de abril Carlos Ulanovsky y Pablo Sirven, presentaron su libro “¡Qué desastre la TV (pero cómo me gusta)!”.
Enmarcados por una enorme pantalla blanca y la presencia de Hugo Di Guglielmo (quién fuera por años Gerente de Canal 13), los conferencistas hicieron hincapié en la falta de regulación que existe en la televisión, por el miedo a caer en la censura o la represión.
Miguel Rodriguez Arias, Pablo Sirven, Carlos Ulanovsky y Hugo Di Guglielmo durante la presentación del libro.
Sin embargo y entre las críticas al medio que más apela a los sentimientos, Pablo Sirven, en una entrevista con Cátedras Abiertas, consideró que la manifestación, llevada cabo por la responsable de Madres de Plaza de Mayo, fue una “cosa hecha así, media alocada, a lo rápido”.
El periodismo ha enmendado, en su vasta historia y en facciones, sus errores. De hecho, para Sirven, en la actualidad los medios afines al gobierno están todo el tiempo mirando quién se equivoca y quién no.
"La televisión habla mucho más de nosotros porque maneja un
un área subliminal , más relacionada con las emociones" Pablo Sirven
No es malo ser críticos pero “no me gusta que sea impuesto desde el poder; tanto el que esté representado por los Kirchner o sea otro, me parece que nunca el poder es el que tiene que decir: bueno ahora júzguense”, aclaró. Y menos, permitir escraches, en un contexto poco feliz: el de la polarización. Para el historiador de los medios, el gobierno más juzgado fue el de Illia en los ´60, pero no descarta que el actual sea uno de los más criticados; sin embargo, considera que tanto en el gobierno radical como en éste, los medios no provocan la desestabilización. “Creo que a veces se juega mucho con lo destituyente como para que la prensa se acote, no critique”, señaló.
Nada es llamativo, para el redactor de La Nación, considerando el pasado de los Kirchner en Santa Cruz, dónde no había voces opositoras: “capaz que ellos quisieron reproducirlo a nivel nacional y bueno están teniendo mayores dificultades porque no es fácil hacer en este momento en la historia una cosa así”.
La sala Alfonsina Storni estaba completa
Entre un periodismo muy vasto y de ideas muy distintas; la sala quedó vacía, el murmullo de la gente y las cámaras fotográficas ya no estaba, “el Carlos Ulanovsky del subdesarrollo”, según palabras del mismísimo Adolfo Castello, se esfumaba bajando una escalera mecánica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario