Jorge Arrizabalaga, integrante del taller literario "Poesía al Borda", presentó en la Fundación Bollini su primer libro "solista".
Entre la despedida de la tarde y la llegada de la noche, el lugar parecía tenebroso. Luces tenues, sillas y mesas que descendían por una escalera caracol y decenas de personas desconocidas que se saludaban. A pesar de que el diario de mayor tirada brindó mal la dirección, todos llegaron sin apuros.
Jorge Arrizabalaga parecía nervioso, sus manos temblaban por debajo de una mesa redonda que estaba empotrada para la función. Arrizabalaga estaba dando a luz a sus poemas en su propio libro Supernocturno (los demás integraron antologías), en el primer encuentro mensual de la Asociación Interacción, Arte, Psicoanálisis (A.I.A.P.).
La reunión se encontraba coordinada por Guillermo Hönig, vicepresidente II de A.I.A.P. y jefe de internación del Hospital José T. Borda; Silvana Perl, psicóloga y artista plástica; y Martín de Souza, profesor de letras y poeta; ambos mentores del taller de poesía del nosocomio.
Con diez minutos de retraso se dio inicio a la velada. Luego de la palabra de la Presidente y de la Secretaría de A.I.A.P., María Carballido y Lelia Arreta, respectivamente; el autor, entre los compases de dos músicos comenzó con sus poemas: desde "Supernocturno" hasta "Himno a mi mujer", pasando por "Seruncero" y "Rebolucionario".
El momento más emotivo fue cuando leyó su famoso "Informe del Loquero"; Jorge Arrizabalaga conoce bien la realidad del Hospital Borda, participa desde hace años en el taller de poesía que se da en dicho hospicio: "me pareció muy importante la propuesta de trabajar en conjunto y sin discriminación, (...) el arte cura, tiene un efecto de catarsis".
El libro que consta de cuatro partes y treinta y un poemas, está editado por Latingráfica (que subvencionó parte de la obra), y ya se encuentra a la venta.
Entre letras y cafés invisibles, pasó la hora, el encuentro llegó al final. La gente vuelve a saludarse emotivamente y se despide. Afuera la noche embebió con su luz oscura la ciudad.
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