Lo aseguró el Ingeniero en Transportes Marcelo Lascano en una conferencia de la Fundación Museo Ferroviario. Además, habló de los problemas de los ferrocarriles.
El transporte metropolitano es uno de los conflictos diarios y más recurrentes de los últimos tiempos. Que carriles exclusivos, que avenidas con contracarriles, que se deben ampliar los subtes, que las condiciones de algunos viajes en tren son deplorables. La problemática afecta a todos y la necesidad de soluciones es imperante. En el marco de la conferencia Utilización actual y potencial de los ferrocarriles metropolitanos de Buenos Aires… Hacia un concepto de red, Marcelo Lascano, Ingeniero en Transportes por la Northwestern University de Chicago, marcó que uno de los principales inconvenientes es la cantidad de gente que se traslada diariamente al macrocentro desde toda el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
En el caso puntual de la línea Once-Moreno, el ex director de la Unidad de Seguimiento Metropolitano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires sostuvo que, teniendo en cuenta los pasos a nivel y sin variar las frecuencias, podría mejorarse el servicio agregando un vagón por formación y aclaró que hay disponibilidad para hacerlo. Además, sumando una formación por hora, el nivel sería todavía mucho mejor. Según el especialista, la principal causa de los problemas fue el aumento demográfico del partido de La Matanza, que no fue acompañado por adelantos en infraestructura. “Debemos explotar el potencial existente. El Sarmiento tiene capacidad ociosa: hay vagones disponibles que podrían sumarse al servicio y están parados”.
Para Lascano, debido a la dificultad para incorporar terrenos, el camino para solucionar los problemas es el de aprovechar al máximo los recursos con los que se cuenta. “Los ferrocarriles son una herencia histórica; hay mucho tendido que no se utiliza o se abandonó y también coches fuera de circulación. Hay que desarrollar la infraestructura horizontal y la vertical para llegar a una red”.
Otro de los conceptos desarrollados fue el de la demanda. Según estudios citados, la línea Sarmiento satisface a una región muy vasta y poblada de territorio mientras otros ramales, más cercanos entre sí, son más capaces de dar abasto a los espacios que ocupan y a las personas que viven en ellas. Además, se estableció una distinción entre la demanda efectiva (la cantidad de pasajeros existentes) y la latente (quienes viajarían en tren si se mejorara el servicio). Al respecto, también se expuso que algunos análisis revelaron que hay personas que viajan desde muy lejos para tomar el tren y que otras, debido al mal servicio, lo evitan a pesar de vivir cerca de una estación.
Lascano añadió que un gran problema para unificar todo el tendido en una red organizada (como en el caso de San Pablo, que con menos tendido y más personas solucionó su problema de servicio de trenes) es el de las jurisdicciones puesto que el AMBA no es un solo distrito sino que lo integran muchos (por un lado algunos partidos del Gran Buenos Aires, que son independientes; y por otro, la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia, que tienen legislaciones separadas).
En cuanto al aspecto financiero, el ingeniero dijo que en todas las grandes ciudades del mundo, los ferrocarriles son estatales pues no pueden tener superávit si pretenden funcionar eficientemente, con precios razonables y con inversiones que mejoren el servicio. “Para poder costear lo necesario con los ingresos de los pasajes, la tarifa tendría que ser de seis pesos. En todos lados, operar con un déficit del 30% se considera un logro económico brillante”. Por esa razón, el aspecto jurisdiccional y la dimensión del problema, opina que quien debe intervenir es el Estado nacional, quien además maneja el mayor presupuesto.
Como conclusión y a modo de ejemplo sobre la función de red que el tendido ferroviario metropolitano debería tener, Lascano aseguró que "el rol que tiene el subte en Capital tiene que ser el de los trenes en el AMBA".
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