La situación de los trenes en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) con relación a los demás medios de transporte es crítica. Tanto los subtes como los colectivos poseen fallas en sus servicios, pero la diferencia entre ambos y el tren es abismal. Teniendo la responsabilidad de abastecer al centro porteño de miles de trabajadores cada día, el servicio ferroviario debería contar con un buen número de formaciones y con las comodidades que cualquier persona merece a la hora de viajar, algo que no se cumple y obliga a los ciudadanos a optar por otros transportes.
La capacidad de cobertura del tendido ferroviario es buena, quizás mejor preparada y extendida que en otras ciudades de Sudamérica. Pero el problema radica en el material y el estado del mismo, algo que se observa en el pésimo mantenimiento de las formaciones, en los tramos que fueron despojados de durmientes y en los que se concentraron asentamientos de personas. Especialistas en el tema apuntan al costo político que requieren las medidas necesarias como uno de los principales problemas a superar. Mientras tanto, en las horas pico los ciudadanos que eligen el tren viajan agolpados y con miedo por los defectos del servicio y por el peligro de la inseguridad.
Otra diferencia entre el sistema ferroviario metropolitano y el de otras grandes ciudades es la autoridad que responde por los medios de transporte público. En San Pablo se puede ver una efectiva disposición de los ferrocarriles gracias a un plan desarrollado hace más de una década por la empresa que se encarga de brindar el servicio y que tiene a cargo el tendido de toda la ciudad sin discriminar municipios ni localidades. En el AMBA son muchos los intereses que chocan entre capitales públicos y privados, lo que va en desmedro de un criterio unificado para mejorar la situación. Sin estaciones lujosas ni formaciones de primer mundo, en la ciudad paulista se puede transitar los trenes sin mayores dificultades sobre las líneas establecidas. Sin embargo, allí enfrentan a otro problema: la falta de “traza”, el espacio físico por donde se construyen las vías cada vez que se busca aumentar una red ferroviaria.
La gente reaccionó ante las pésimas condiciones, los medios de comunicación se han hecho eco de los problemas, las denuncias han sido formuladas; ahora es tiempo de que los responsables se hagan cargo de la parte que les toca.
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