22.9.09

Presentación del libro El Mundo, la radio…

Paola Bertolot

La luz está baja, apenas se visualizan las sillas para el público, que se mantiene en silencio. En el fondo, el operador maneja la técnica de la sala. Al frente, en la tarima, una mesa con tres micrófonos y 4 presentadores se ilumina de repente. Comienza la emisión.


Como en un estudio de radiodifusión se presentó el libro El Mundo, la radio… de Martín Berrade el lunes 7 de septiembre en el Centro de la Cooperación. Participaron del encuentro el actor Guido Gorgatti, el productor Armando Barbeito y el periodista-locutor Leonardo Busquet.
“Desde su nacimiento y hasta los años ’60 "El Mundo" fue la emisora que sintetizó lo más valioso de la denominada “radio espectáculo” que convertía los estudios radiales en verdaderos teatros abiertos para los oyentes (…) Esas historias ahora están en un libro”, se afirma desde el video promocional de la obra.

Niní Marshal, Luis Sandrini, Carlos Gardel, Los Chalchaleros y Juan Luis Thorry, como también artistas internacionales de la talla de Lola Membrives, Orson Wells y Edith Piaf formaron parte de los días gloriosos de LR1. “Los porteños hacían largas colas para entrar a sus auditorios. Las locutoras se tenían que emperipollar y producirse para presentar en una tarde a Don Atahualpa Yupanqui, Aníbal Troilo y a la noche alguna audición especial con María Félix. Todo eso estaba ahí”, cuenta el autor y recuerda: “Me contaba Armando Rolón que cuando los locutores empezaban sus carreras se paraban frente a la puerta giratoria de la radio y decían: Yo algún día voy a pasar por ahí”.

En "El Mundo" trabajan músicos, actores, locutores, dramaturgos, directores, periodistas, escritores, operadores, compaginadores y musicalizadores. Martín Berrade reunió más de 40 testimonios durante su investigación.


“Migre entregaba sobre el pucho. El radio-teatro (ver El Mundo y el radio-teatro) iba a las 3 de la tarde, tenía que ir a comer porque después tenía que hacer el radio teatro de la noche. Entonces, me llamaba y yo le decía: “Migré métase el libreto en el cul..”, recuerda Guido Gorgatti, quién fue compaginador de LR1 en aquellos tiempos.

Además de sorprender con el nivel artístico, el libro también incursiona en otros aspectos de innovación, que hicieron de ésta, la radio que se escuchó en todo el país. “Uno fue la suspensión que tienen los estudios- ejemplificó Berrade- para evitar que se metieran los ruidos de la calle. Por la calle pasaba el tranvía, entonces esas vibraciones se metían. Y otro dato, por el ’35, me contaban los arquitectos que saben mucho de la historia de la ciudad de Buenos Aires y su patrimonio arquitectónico, que solamente el edificio Kavanagh tenía aire acondicionado. Después de ese, aparece el edificio de radio "El Mundo", de la calle Maipú”.

Entre el recorrido por la historia y las anécdotas recogidas, también se mencionaron los distintos avances que cambiaron la forma de hacer radio para siempre. Berrade explica que “cuando entra el disco, terminan las actuaciones en vivo. Se desplaza a las orquestas y entra el formato de magazine o de interés general, dejando atrás las grandes comedias familiares. Y después la televisión seduce con buenos contratos a los grandes artistas…”. Leonardo Busquet lo interrumpe y dice: “Ahí se decreta la muerte de la radio. Esto no va más, dijeron cuando apareció la televisión”, mientras el público se ríe y continúa: “La radio en aquella época era un esplendor. Pero el gran logro de los locos de la azotea fue ponerla para que siga, no crearla. Y siguió”.

En este contexto, Berrade opinó sobre la radio en la red: “Hoy la plataforma de Internet, ese fenómeno que le permite no encontrarse con ninguna frontera y llegar a todo el mundo, me parece fenomenal”.

Al finalizar la charla y en un ámbito de nostalgia, que se transmitía en un público activo, que opinó junto a los presentadores sobre las grandes actuaciones en la radio "El Mundo", el autor del libro concluyó: “El desafío es abrirle a los artistas un espacio. Antes vivían de la radio y hoy, sólo usan la televisión y los diarios. También crear sus noticias y no sólo copiar los títulos de Clarín. Pero creo que la radio argentina tiene muy buen nivel”.





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