El sábado 9 de mayo, Fabio Basteiro presentó su candidatura a legislador porteño por Proyecto Sur en Parque Centenario. El Secretario General de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) Capital Federal acompañará en los comicios a Pino Solanas, candidato a diputado nacional.
Mientras los partidos terminaban de negociar el armado de las listas con vistas al 28 de junio, Basteiro se tomó un tiempo para dialogar sobre los desafíos de Proyecto Sur frente a un nuevo proceso electoral.
¿Cómo analizan el desarrollo de la campaña electoral frente a la desigualdad de recursos entre los partidos tradicionales o hegemónicos y otros más pequeños o nuevos, como Proyecto Sur?
- Vemos un despliegue de candidaturas que pueden parecerse más a una mercancía, más a un supermercado que a elegir a un candidato a diputado. Se están priorizando las estructuras económicas haciendo política. Nosotros tenemos las limitaciones económicas pero también hay una historia, porque cada uno de los compañeros que participa en la lista tiene trayectoria, historia, coherencia.
¿Cuál es la importancia de los afiliados? Su lugar dentro de la agrupación...
- Nosotros entendemos lo de los afiliados como un elemento electoral, para nosotros no es el partido el que tiene todas las respuestas. Nuestra práctica política cotidiana es democratizar las decisiones. Más que hablar del afiliado como un número, tenemos que hablar de compañeras y compañeros, de ciudadanos, de personas que quieren ser partícipe de las decisiones. Creemos firmemente en la democracia. Pero no sólo lo decimos, lo practicamos día a día en nuestras propias organizaciones.
¿Cree que el electorado le da las espaldas a las minorías políticas?
- El electorado es una sociedad que está en permanente discusión. Nosotros somos conscientes de nuestras debilidades para potenciar las fortalezas. La sociedad también es producto de que las minorías tengamos que encontrar el ámbito permanente de debate, que nos permita propagar discurso y reconocernos entre nosotros. El electorado hizo experiencias interesantes, que no fueron retribuidas como se han desarrollado.
¿Cómo financian sus candidaturas?
- Con el aporte de nuestros propios compañeros, de las organizaciones populares, cooperativas de trabajo, cooperativas de vivienda, vendiendo la película de ‘Pino’ (Solanas). Estamos tratando de poner una propuesta en la calle, no de poner un candidato, sino fundamentalmente una propuesta. Queremos una política más integral, no como un elemento que se vota cada dos o cuatro años, sino como una acción cotidiana de transformación de la realidad, que se transforma en la lucha que llevan muchos sectores que muchos están “invisibilizados” por los medios de comunicación.
¿Usted cree que los medios tienen un poder “invisibilizador”?
-Se nota una gran campaña publicitaria donde la venta de los personajes que van a ser los que se presentan para cambiar la realidad fueron parte de la realidad que vivimos. La UCR y el radicalismo en sus diferentes expresiones gobernaron la ciudad de Buenos Aires; el Partido Justicialista gobernó con sus diferentes variantes, que hoy incluso son del oficialismo; el progresismo trucho que ha llevado a que surja la política de (Mauricio) Macri. Todos ellos hablan de democracia, de participación, pero sistemáticamente bloquean los niveles de participación de los sectores juveniles, populares. No hay ley de comunas, no hay presupuesto participativo, no hay democracia y libertad sindical.
¿Piensa que los medios masivos de comunicación, principalmente los diarios y la televisión, también tienen un rol activo en la elección?
- Las empresas periodísticas plantean la libertad de prensa como un slogan para seguir disputando los niveles de rentabilidad, aquí hay una libertad de empresa que es lo que quieren sostener. No hay democracia en los medios de comunicación, no hay posibilidad de que se escuchen todas las voces. Hay invisibilidad para determinados temas. A la vez, hay un nivel de potenciación en diferentes políticas, en diferentes candidatos, que no hacen más que confluir y coincidir con las líneas editoriales de los grandes medios, que son monopólicos, y que tienen estructurado una respuesta en todos los planos de la sociedad.
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