Por Rodrigo Pelaez y Fernando Martínez
Desde su nombramiento al frente de la cartera de Economía, Amado Boudou ha tenido entre sus metas principales la de intentar recomponer la relación entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional. Durante los primeros días de octubre mantuvo reuniones con directivos del organismo en Europa y, aunque desde el gobierno intentan bajarle el tono, las proyecciones en materia fiscal revelan la necesidad de acudir al financiamiento externo.
En esta entrevista, el economista Lorenzo Sigaut (hijo), del área de Economía y Finanzas de Ecolatina, explica los motivos que llevaron al gobierno a buscar un nuevo encuentro con el Fondo y las significancia que tendría este acuerdo.
¿Qué implica este acercamiento del gobierno al FMI?
La clave es saber por qué el gobierno, que siempre estuvo en contra, que tuvo una retórica en contra del Fondo y en independizarse de sus recetas, ahora hace este acercamiento. La respuesta es el financiamiento externo. Últimamente, el superávit fiscal se viene deteriorando, se están quedando sin recursos las provincias y ahora también la Nación. Entonces, está el problema de que si no hay financiamiento externo, tienen que ajustar el gasto, subir la recaudación o subir el tipo de cambio. Creo que el Gobierno piensa que es preferible volver a los mercados internacionales, conseguir crédito externo para cubrir el bache fiscal y, de esa manera, no tener que hacer un ajuste del gasto. Es en ese contexto que surge el acercamiento, porque necesita reabrir los mercados de crédito externo.
¿Este reencuentro significará que el FMI retome las riendas de la política económica?
Justamente el gobierno esta tratando de demostrar que en ningún caso, mas allá de este acercamiento, va a permitir o dejar que el FMI opine o tenga relevancia en la determinación de las políticas económicas, eso es lo que se dice.
¿Entonces, por qué hoy puede tener relación y decidir que no intervenga y cuando canceló su deuda con el FMI en 2006, lo hizo con la proclama de que era para evitar su entrometimiento?
Antes fue simbólico y de facto. Argentina tenía una deuda con el Fondo y canceló de una, como símbolo de independencia económica. Se dio como un golpe, un cimbronazo para decir: “no dependemos de vos, ni siquiera a nivel de dinero, te pagamos toda la deuda y no tenemos ninguna cosa que nos ate. Te pagamos todos los vencimientos y lo que vos digas, no me importa”.
¿Y por qué ahora si lo necesita?
Volver a tener la revisión del famoso Artículo IV le permitiría volver a relacionarse con el mundo, con el mercado de capitales, sobre todo a una tasa más baja. Eso permitiría bajar el Riesgo País y a la hora de conseguir fondos nuevos, en vez de pagar 15% pagar 10%; que todavía es el doble de lo que paga Brasil o Uruguay, pero que está más barato de lo que venimos pagando.
¿Por qué los países pares como Uruguay o Chile no tienen la misma relación con el FMI?
Argentina fue el discípulo numero uno del FMI durante los noventa. No solo tenía una relación fluida con Estados Unidos, con organismos multilaterales y los mercados de capitales, sino que acataba al pie de la letra las recetas del Fondo. Y como Argentina venia condicionada por los fondos que mandaba el FMI, cuando viene cae el sistema de la convertibilidad, internamente cae en un descrédito. Entonces se le echaron las culpas y así, como fuimos el mejor alumno, pasamos a ser el peor o el que se independiza o no quiere tener trato. La historia de los países vecinos no fueron con tantos altibajos, fueron más estables. Ni fueron los mejores alumnos, ni los peores. De hecho, Brasil también canceló su deuda con el Fondo, un día antes que Argentina, pero mantuvo otra relación. Como siempre, nosotros extremistas.
¿Pero se puede tener una relación con el FMI estable, que permita conseguir mejor financiamiento y que no intervenga en la política económica?
En ese sentido, el problema es más estructural del Fondo, porque cada acuerdo, cada desembolso debe estar dentro de un marco de política económica que el FMI considera ideales. Entonces, la condicionalidad de los paquetes de ayuda del fondo sigue existiendo. En los últimos tiempos, el Fondo tiene un papel un poco más flexible, pero esa condicionalidad está de por sí en un préstamo del FMI, porque esa condición es lo que permite que lo otorgue a un menor costo.
¿Entonces, el acercamiento se produce para conseguir esos desembolsos del FMI, o no?
No se sabe, eso depende como lo maneje el gobierno. Porque, por un lado, Argentina no tiene ningún tipo de relación con los mercados externos de capitales y si hay una revisión del Artículo IV del Fondo, nuestro país volvería al marco internacional. Ser una economía auditada por el FMI significa que, de alguna manera, tenés condiciones normales y permitiría bajar el Riesgo País. O sea, firmar el Artículo IV te va a bajar el Riesgo País y si tenés que tomar nueva deuda, va a ser más barata. Entonces, en ese punto hay que ver qué elige el gobierno, si con las tasas más bajas sale a buscarlas al mercado o decide tomar deuda del Fondo, que es más barata pero implica un acuerdo de condiciones o, por lo menos, algunas pautas en política económica.
¿Y qué se supone que hará el gobierno?
Como no necesita tanta plata, quizás plantee de hacer un acercamiento formal, con una revisión del Artículo IV, y resolver el tema de los holdouts para, con esas dos patas, bajar el Riesgo País y colocar esa poca deuda a una tasa interesante en el mercado.
Y sino, la otra opción es hacer lo que ya vivimos, que es conseguir dinero del Fondo, más barato que en el mercado, pero con sus condicionalidades. Me parece que, hasta ahora, lo que viene es la primera opción, la de tratar de bajar el costo en que se endeuda Argentina.
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